La confirmación es siempre una invitación muy especial a vivir un encuentro irrepetible con Jesús, no solo por los que se confirman, sino por todos aquellos que, en comunidad, compartimos la alegría que se desborda de los corazones de los confirmandos. El pasado día 24 de noviembre fue la confirmación de Carlota, Lucas, Laura, Santi, Elsa, Enrique, Natalia y Roberta, los cuales han estado preparándose durante cuatro años, para dar este paso tan importante en sus vidas.
En esta ocasión me ha tocado vivir la confirmación desde una mirada privilegiada, ya que Toño me propuso ser la catequista de este grupo y aunque los inicios no fueron fáciles, con perseverancia, ilusión y ganas por parte de todos, conseguimos que el grupo se afianzase, participasen en las actividades y poco a poco fuimos haciendo familia, hasta formar un grupo de fe, en el que ir acrecentando nuestra fe día a día.
El domingo por la mañana, justo antes de la celebración, tuvimos reunión con el vicario D. José Luis. Asustados por las preguntas que podría hacerles, comprobé de primera mano que estaban preparados para el gran momento y confirmaba lo mucho que habíamos aprendido juntos en la fe.
Por fin llegaba el momento: Toño y el coro comenzaban a cantar y los chicos a desfilar hasta presentarse delante del altar, acompañados de familiares y amigos. Fue una ceremonia preciosa, celebrada por el Sr. Vicario, D. José Luis, y concelebrada por los sacerdotes Mario y Toño, en la que Carlota, Natalia, Enrique, Lucas, Santi, Elsa, Roberta y Laura se comprometieron a continuar en la fe y ser parte de la Iglesia. Serios, respetuosos, y con gran devoción acogieron las palabras del Vicario, quien durante la homilía destacó la importancia de ser ejemplo de una vida cristiana sin complejos, pero también capaces de no ceder a lo que está mal, porque cuando se está en paz con Dios se es feliz de verdad.
Se acercaron todos juntos al altar para recibir el don del Espíritu Santo, con la imposición de manos y la marca de la señal de la cruz. Posteriormente los confirmandos, uno a uno, fueron acercándose al altar con sus padrinos.
La Congregación de Caballeros y Damas del Pilar les obsequiaron una medida de la Virgen del Pilar, y la Parroquia con una cruz de raíz de olivo.
Durante el ofertorio, ofrecieron el Pan y el Vino como símbolo de nuestra fe, una pañoleta del camino de Santiago como símbolo de unidad, una medida de la Virgen del Pilar, como símbolo de devoción a nuestra madre y una vela, como símbolo de la luz de Cristo. La ceremonia finalizó con un video y una Acción de gracias preparada de los confirmados.
Felicidades de todo corazón a Carlota, Lucas, Laura, Santi, Elsa, Enrique, Natalia y Roberta por el regalo que Dios les ha dado, la fe y los padrinos y madrinas que cuidaran de ellos.