¿Y si la alegría es una revolución? La sonrisa es un arma, el buen humor el mejor periscopio para ver la realidad que nos rodea, la risa la mejor música que puede sonar en nuestro comedor.
Qué sí, que el mundo y la vida es muchas veces un lodazal, «valle de lágrimas» decía aquella antigua oración de La Salve… pero, en este tiempo de catástrofes, se nos invita, o sea, Dios mismo nos invita, a estar alegres, porque nuestra esperanza no es una ilusión vacía sino saber que nuestra Fe tiene sentido, y que ya despunta el Amanecer y cuando menos lo pensemos el miedo y la noche oscura habrán pasado.
Me recuerdo como un niño tímido, pero alegre y bromista. Un joven salesiano con entusiasmo y gran capacidad para la creatividad y la fiesta. A punto de caer en el medio siglo, constato que he perdido muchas veces la sonrisa. Poco a poco los golpes de la vida me convirtieron en un cura gris como lo hombres grises de momo, siempre serio y pegado al móvil, con la agenda llena, las culpas que me arrastran al pasado, el miedo a lo que vendrá que no me deja avanzar hacia el futuro. Muchos días sólo recuerdo a los que perdí por distintos motivos y eso me hace masticar chicles interminables de vinagre… Un tipo triste.
Pero como decía Sabina «quiero mudarme hace años al barrio de la alegría». Y aunque el tranvía se me escape, yo corro detrás de él porque me va la vida en ello. Y así seguiré siempre, intentando defender mis sonrisa, aunque este tocada, mis chistes, aunque sean malos, mis canciones, aunque sea muy difícil grabarlas, mis obras que muchas vecen animan la vida de los demás.
Mi libro «La Vecina de Jesús» ha hecho reír a muchas personas en circunstancias muy duras de enfermedad o soledad. Os animo a regalarlo porque el humor es mejor que el ibuprofeno. Ahora sale el Villancico «La Luz de Belén» en el que cuento que la Luz de Jesús hace que el mundo se convierta en nuestro hogar; Él es la verdadera estrella de la Navidad. Con mi música la gente piensa, llora, reza, pero también muchas veces se ríe y eso es maravilloso.
Siempre me ha dado yuyu el tema ese de «la alegría interior» que predican en la Iglesia; una alegría que es tan, tan profunda que no la nota nadie. Muchas veces nuestras Iglesias son auténticos cementerios, nuestras celebraciones funerales constantes. Ese tono mortecino del cura, la gente que no canta ya, a veces ni responde, la asamblea helada por dentro y por fuera… Uf, y eso que cantamos de entrada «vienen con alegría» que si llegamos cantar «vienen con tristeza» acabaríamos todos tirándonos del campanario como hacen los Lemings…
Cuanta gente hay en el clero más amargada que un limón… Pero también están otros que hacen de la sonrisa y de la alegría su bandera: el Papa Francisco, monjas que son un vendaval, sacerdotes y catequistas que con su amabilidad y buen humor son el aire fresco y constante de sus comunidades. San Juan Bosco y su banda de música, Santo Domingo Savio con su lema «siempre alegres», Santa Teresa de Jesús con esa agudeza en todo momento, San Felipe Neri con su oratorio lleno de actividad, etc… «Un santo triste es un triste Santo» decía San Francisco de Sales en un alarde de perogrullismo, pero de mucha verdad.
Benditos humoristas. Gracias Señor por Lina Morgan, por Gila, por Los Morancos, por Cantinflas. Gracias por los monologuistas agudos, gracias por las comedias, gracias por las viñetas. Gracias por esos que te mandan memes y chistes. Gracias, gracias, gracias Señor, por el sentido del humor. «El Espíritu Santo es el mayor humorista de la historia» decía mi formador Don Casto Moro (cuyo nombre ya era un chiste…). Y es verdad, que él toma decisiones que parecen bromas, pero son una auténtica revolución.
Alegren un poquito las caras, sacúdanse las telarañas del alma.
Tu sonrisa es tu arma para vivir. Tu humor el flotador para no hundirte.
Avisillos
Regala «La Vecina de Jesús» y tendrá Indulgencia Plenaria total (Es broma, pero ¡regálalo!).
En Youtube te invito a escuchar y compartir «La Luz de Jesús», maravillosa canción para estas navidades.